Lo Nuevo

Colombia sale a explotar los temores de Brasil

-Brasil 2014- La inédita batalla que libran Brasil y Colombia esta tarde en el estadio Castelao de Fortaleza es la expresión más acabada de los demonios que acosan a los futbolistas.





Brasil sale al terreno en cada partido con un temor ancestral que le carcome. Un miedo heredado por el fracaso de 1950. Ganar un título mundial en casa es el único trofeo que le falta a la canarinha tras cinco conquistas en el extranjero, y la selección que dirige Felipe Scolari tiembla al pensar que puede quedar marcada para siempre por la cruz de otro Maracanazo. 

Por eso, a los jugadores de Brasil se le ha visto entrar en pánico en momentos cruciales, en los que la verdeamarilla suele agrandarse. Como ocurrió en la definición por penales ante Chile, en los que hasta el capitán Thiago Silva, prefirió aislarse del grupo, y en un estado de shock se negó a participar en la lotería de los disparos desde el punto fatídico. 


Ese terror de Brasil se topará hoy con los demonios internos de Colombia, una selección que se ha alimentado del fracaso de aquella generación deslumbrante de Valderrama, Asprilla, Higuita y Andrés Escobar, para cumplir en este mundial con la tarea inacabada de sus mayores. 

Brasil tiene la obligación de imponer en la cancha un fútbol que hasta ahora se reduce a la seguridad y empuje de David Luiz, los breves momentos de lucidez de Oscar, la potencia de Hulk para tirar diagonales y el desequilibrio de Neymar, quien corre por todos en la cancha para suplir con su despliegue, movilidad y desequilibrio el escaso aporte de sus compañeros de ataque. 

Colombia puede aprovechar el susto en el cuerpo de la canarinha para alcanzar la hazaña. Todo dependerá de que Armero y Cuadrado puedan liberar espacios por las bandas, que Aguilar y Sánchez anulen a Neymar, y que el talento de James Rodríguez aflore en ese instante crucial que separa a los buenos de las estrellas.