Periodista Milagros Socorro dona su "Premio en Metálico" recibido en La Haya al Colegio San Pablo de Machiques (Info + Discurso de Aceptación del Reconocimiento)
Caracas.- La periodista y escritora venezolana, Milagros Socorro, recibió eljueves pasado el Premio Oxfam Novib / PEN a la libertad de expresión otorgado en La Haya y alentó a los países europeos a defender “sus libertades”, en un discurso marcado por una fuerte crítica política a Venezuela y a la crisis actual del país.
“Yo he venido a La Haya a darles ayuda a ustedes. He venido a recordarles que las libertades no son islotes que flotan aislados unos de otros, sino que todas están unidas entre sí”, dijo Socorro durante su discurso.
“Sin libertades políticas no hay libertades económicas. Sin libertad de empresa no hay medios de comunicación, ni empleos para los periodistas, ni oferta plural para las audiencias. Y cuando todas estas libertades han sido abolidas, no es posible que haya libertad de expresión”, prosiguió.
La escritora afirmó que en Venezuela “no hay libertades políticas, económicas, de empresa ni de expresión”, pero que los periodistas venezolanos continuaban denunciando esas situaciones ante la comunidad internacional.
Criticó que la comunidad internacional que “no ha articulado ninguna medida eficaz frente a la espantosa crisis humanitaria” que vive Venezuela y le pidió “que cuiden y valoren sus democracias y sus libertades, porque los peligros son reales y voraces”.
“He venido aquí a recordarles que todo lo que damos por ganado puede perderse en un minuto”, sentenció y culminó su discurso informando que donaría el dinero del premio al Colegio San Pablo en Machiques, donde estudió.
El anuncio de que Socorro había ganado el Premio Oxfam Novib / PEN a la libertad de expresión fue hecho el pasado martes 16 de enero, luego de que el Gobierno de Nicolás Maduro dirigiera un operativo policial contra el exinspector del Cicpc, Óscar Pérez y su grupo, en el que él y otros miembros de su grupo murieron.
Diversas Organizaciones No Gubernamentales dentro y fuera de Venezuela, como Provea y Amnistía Internacional, denunciaron el “uso desproporcionado de la fuerza” en el operativo, en el que se movilizaron tanques de guerra y se emplearon lanzacohetes, y pidieron que se investigara el hecho.
Discurso de aceptación del premio
Mi discurso de aceptación del Premio Oxfam Novib / Pen
en La Haya, Holanda.
Soy escritora y vengo de Venezuela.
Mi apellido, el que me legó mi padre, es Socorro, que en inglés significa Ayuda.
Mi país ha sido destruido por una dictadura que ha arrasado con la economía, las instituciones y las libertades. En las calles de Venezuela miles de personas hurgan en la basura para comer directamente de ella.
Pero yo no he venido a pedir ayuda para mí, ni para mi amado y castigado país. Yo he venido a La Haya a darles ayuda a ustedes. He venido a recordarles que las libertades no son islotes que flotan aislados unos de otros, sino que todas están unidas entre sí y ancladas en el cuerpo de la sociedad cuya sangre y vitalidad comparten. Sin libertades políticas no hay libertades económicas. Sin libertad de empresa no hay medios de comunicación, ni empleos para los periodistas, ni oferta plural para las audiencias. Y cuando todas estas libertades han sido abolidas, no es posible que haya libertad de expresión.
En Venezuela no hay libertades políticas, económicas, de empresa ni de expresión. Y, sin embargo, los periodistas venezolanos seguimos denunciando los atropellos y crímenes de la dictadura que ha secuestrado a Venezuela ante la mirada de la comunidad internacional que no ha articulado ninguna medida eficaz frente a la espantosa crisis humanitaria y los asesinatos que sin pudor perpetra el régimen.
Los periodistas venezolanos acusamos a la tiranía y a sus cómplices dentro y fuera de Venezuela, no porque las leyes y las destrozadas instituciones nos garanticen ese derecho, sino porque crecimos y fuimos en la democracia de Venezuela que durante cuatro décadas fue notable en América Latina. Tenemos la libertad en el alma como un farol que en medio de la noche guarda la llama y la proyecta.
Yo ejerzo la libertad de expresión que mi país no me garantiza. De eso no hay duda. Porque fui formada en la casa de mis padres, en la escuela y en la Universidad del Zulia en el compromiso con la justicia, con la verdad y con la belleza. Nací en la democracia de Venezuela y a ella me debo con todo mi corazón. No hay palabra, idea, determinación ni sueño que no hayan sido puestos en mi mente y en mi alma por la tradición democrática de Venezuela. No hay, pues, otro horizonte para mí.
He venido aquí a decirles que todo lo que damos por ganado puede perderse en un minuto. He venido a recordarles que la libertad de cada quien termina no donde empieza la del otro, como suele decirse, sino cuando es amenazada la del otro. He venido a sugerirles que cuiden y valoren sus democracias y sus libertades, porque los peligros que las acechan son reales y voraces.
El premio Oxfam Novib/PEN para la libertad de expresión es un inmenso honor, que agradezco en nombre del valiente e infatigable periodismo venezolano. Recibo este premio en nombre de mi gremio, al que mucho me enorgullezco de pertenecer. Y dono el dinero que lo acompaña a mi liceo, el Colegio San Pablo, de los Hermanos Maristas, en Machiques, mi pueblo cercano a la frontera con Colombia. Porque quiero contribuir a que los niños venezolanos de hoy tengan la oportunidad de formarse también en la libertad y en el compromiso con nuestro país.
Mil gracias.
La Haya, 18 de enero de 2018
Discurso de aceptación del premio
Mi discurso de aceptación del Premio Oxfam Novib / Pen
en La Haya, Holanda.
Soy escritora y vengo de Venezuela.
Mi apellido, el que me legó mi padre, es Socorro, que en inglés significa Ayuda.
Mi país ha sido destruido por una dictadura que ha arrasado con la economía, las instituciones y las libertades. En las calles de Venezuela miles de personas hurgan en la basura para comer directamente de ella.
Pero yo no he venido a pedir ayuda para mí, ni para mi amado y castigado país. Yo he venido a La Haya a darles ayuda a ustedes. He venido a recordarles que las libertades no son islotes que flotan aislados unos de otros, sino que todas están unidas entre sí y ancladas en el cuerpo de la sociedad cuya sangre y vitalidad comparten. Sin libertades políticas no hay libertades económicas. Sin libertad de empresa no hay medios de comunicación, ni empleos para los periodistas, ni oferta plural para las audiencias. Y cuando todas estas libertades han sido abolidas, no es posible que haya libertad de expresión.
En Venezuela no hay libertades políticas, económicas, de empresa ni de expresión. Y, sin embargo, los periodistas venezolanos seguimos denunciando los atropellos y crímenes de la dictadura que ha secuestrado a Venezuela ante la mirada de la comunidad internacional que no ha articulado ninguna medida eficaz frente a la espantosa crisis humanitaria y los asesinatos que sin pudor perpetra el régimen.
Los periodistas venezolanos acusamos a la tiranía y a sus cómplices dentro y fuera de Venezuela, no porque las leyes y las destrozadas instituciones nos garanticen ese derecho, sino porque crecimos y fuimos en la democracia de Venezuela que durante cuatro décadas fue notable en América Latina. Tenemos la libertad en el alma como un farol que en medio de la noche guarda la llama y la proyecta.
Yo ejerzo la libertad de expresión que mi país no me garantiza. De eso no hay duda. Porque fui formada en la casa de mis padres, en la escuela y en la Universidad del Zulia en el compromiso con la justicia, con la verdad y con la belleza. Nací en la democracia de Venezuela y a ella me debo con todo mi corazón. No hay palabra, idea, determinación ni sueño que no hayan sido puestos en mi mente y en mi alma por la tradición democrática de Venezuela. No hay, pues, otro horizonte para mí.
He venido aquí a decirles que todo lo que damos por ganado puede perderse en un minuto. He venido a recordarles que la libertad de cada quien termina no donde empieza la del otro, como suele decirse, sino cuando es amenazada la del otro. He venido a sugerirles que cuiden y valoren sus democracias y sus libertades, porque los peligros que las acechan son reales y voraces.
El premio Oxfam Novib/PEN para la libertad de expresión es un inmenso honor, que agradezco en nombre del valiente e infatigable periodismo venezolano. Recibo este premio en nombre de mi gremio, al que mucho me enorgullezco de pertenecer. Y dono el dinero que lo acompaña a mi liceo, el Colegio San Pablo, de los Hermanos Maristas, en Machiques, mi pueblo cercano a la frontera con Colombia. Porque quiero contribuir a que los niños venezolanos de hoy tengan la oportunidad de formarse también en la libertad y en el compromiso con nuestro país.
Mil gracias.
La Haya, 18 de enero de 2018
Fuente: elpitazo.com
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