Tensión por enfrentamientos entre pandillas locales y la banda criminal chavista Tren de Aragua: «Cuando las pandillas negras se cansen de las actividades criminales de estos migrantes, Chicago va a arder»
La creciente presencia de criminales provenientes de Venezuela en los barrios del sur de Chicago ha encendido alarmas entre las pandillas locales, con temores de que una guerra territorial esté en ciernes entre los grupos criminales de la ciudad y miembros de la peligrosa banda chavista venezolana conocida como Tren de Aragua.
La situación ha empeorado en las últimas semanas, según informaron líderes comunitarios y miembros de pandillas, quienes aseguran que los criminales del Tren de Aragua están invadiendo territorios controlados tradicionalmente por pandillas afroamericanas. “Cuando las pandillas negras se cansen de las actividades criminales de estos migrantes, Chicago va a arder, y no habrá Guardia Nacional ni gobierno que pueda detener el derramamiento de sangre”, advirtió Tyrone Muhammad, un ex miembro de pandillas que ahora dirige un programa de prevención de violencia.
Chicago ha recibido un importante flujo de migrantes en los últimos meses, entre ellos miembros del Tren de Aragua, una organización criminal con operaciones en varios países de América Latina. Con su llegada, algunos residentes locales han notado un aumento en la delincuencia, señalando que la banda venezolana ha comenzado a interferir en las actividades de las pandillas locales.
Zacc Massie, un miembro de una pandilla de Chicago, comentó: “Están moviéndose en nuestro territorio, robando gente, pero no los arrestan como a nosotros”. Massie también relató haber conversado con un miembro del Tren de Aragua usando una aplicación de traducción: “Me contó cómo les ayudan a conseguir autos, apartamentos y hasta tarjetas EBT. A nosotros nos dan $400 al mes, pero ellos ni siquiera tienen números de seguro social”.
Los pandilleros locales han expresado su frustración ante la creciente influencia del Tren de Aragua, quienes, según varios informes, se desplazan fuertemente armados. “Los venezolanos están unidos, mientras que las pandillas negras están divididas y se destruyen entre sí”, afirmó Corey Rogers, un pandillero local, señalando la cohesión de la banda criminal venezolana, como una ventaja frente a las facciones más fragmentadas de la ciudad.
Aunque la violencia sigue siendo un problema en algunas partes de Chicago, los residentes afirman que la situación había mejorado antes de la llegada de estos grupos.
La comunidad teme que el conflicto entre las pandillas locales y los recién llegados pueda desencadenar un aumento en la violencia, en un momento en que la ciudad estaba logrando avances en la reducción del crimen. Mientras tanto, las autoridades locales aún no han emitido un pronunciamiento claro sobre cómo piensan manejar la posible escalada de tensiones entre estos grupos.
Fuentes: informeorwell
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