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Bloqueo de tecnología de EEUU a Venezuela es “considerablemente una amenaza” para la región

Pese a que no se tienen mayores detalles oficiales de la orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que prohíbe el uso de tecnología estadounidense en Cuba, Venezuela, Corea del Norte, China, Irán y Rusia, en principio, se trataría de temas relacionados con la Inteligencia Artificial y la Seguridad Nacional de EE. UU.



Sin embargo, expertos consultados por este diario creen que este tipo de medidas alejan a Washington de América Latina y, de paso, le abre más espacios a China, Rusia e Irán.

Jesús Yánez, analista político, advierte que en el caso de Venezuela, el Gobierno de Maduro lleva años preparándose para afrontar medidas de este tipo con sus socios chinos y rusos, afianzándose el modelo autoritario en el vecino país, por lo que la decisión de EE. UU solo acelera las alianzas de estos regímenes.

«Pese a que la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump no especifica aún el alcance de estas restricciones tecnológicas, muchos analistas estamos convencidos de que va a estar limitado a tecnología de envergadura de seguridad, en materia de inteligencia artificial, en materia de semiconductores, tecnologías renovables y equipos médicos avanzados», expresó el experto en entrevista con este diario al considerar las dimensiones que podría tener la medida.

Cuando habla de materia de seguridad, ¿Podría verse afectada Venezuela?

Las decisiones que toma la administración Trump son basadas en sus análisis internos de seguridad y son pues medidas que buscan garantizar su seguridad. Sin embargo, ya en el año 2019 se había plasmado una circunstancia similar por la cual el Gobierno venezolano de facto tomó precauciones en ese aspecto.

Realmente, en materia de seguridad no hay vínculos que puedan afectar en este aspecto a la administración de Maduro, por cuanto ya ha habido una presencia considerable de otras naciones que tienen también desarrollo tecnológico, quizás un poco más artesanal y rudimentario, pero que tienen la posibilidad y que han ido trabajando de la mano del Gobierno de Maduro para precisamente sostener la infraestructura que utiliza el gobierno de Maduro para mantenerse en materia tecnológica.

¿Esta influencia de dónde viene?

Estamos hablando de la influencia de la República Popular China, que a través de equipos y empresas como Huawei y ZTE, que colaboran con el gobierno en materia de tecnología, de telecomunicaciones, con la red de banda cinco G. Igualmente de la Federación de Rusia, que además colabora estrechamente a través de convenios suscritos y memorandos de entendimiento en materia de seguridad, con software de seguridad, con los radares que le provee. Inclusive en materia de intercambio de conocimiento, energía nuclear, en el área de la seguridad.

También está la República Islámica de Irán, con la que el gobierno de Maduro ha sostenido una estrecha colaboración a raíz de las sanciones petroleras que se presentaron y con la que ha ido migrando prácticamente toda la tecnología occidental a esta tecnología iraní para seguir el funcionamiento de las refinerías y de la empresa petrolera que es vital en el caso de Venezuela. Entonces, realmente habría que ver y evaluar una vez que hagan un amplio conocimiento cuáles serán las áreas en las que esta medida realmente va a funcionar para ver qué tanto va a ser el impacto. Pero, de momento, me atrevería a decir que prácticamente no va a haber realmente un impacto en lo cercano, porque Venezuela venía preparándose en este aspecto desde hacía muchísimo tiempo para deslindarse tecnológicamente de la dependencia de Estados Unidos.

Con esta alianza China-Rusia-Irán, ¿podemos estar hablando de una nueva estructura tecnológica para infiltrar los sistemas, no solo de Venezuela, sino de la región?

Yo no me atrevería a ir a tanto, pero sí te puedo decir que es considerablemente una amenaza. Recordemos también que la República Islámica de Irán viene desarrollando hace muchísimo tiempo en materia de tecnología la fabricación de drones para formular o hacer sus atentados o sus ataques o de apoyos a grupos terroristas en el Medio Oriente, pero lo cierto es que esta tecnología en manos latinoamericanas, en este caso pues del gobierno venezolano, podría en efecto desestabilizar la seguridad de la región porque es una amenaza desde a la seguridad estratégica de defensa.

No es menos cierto que esto ya lleva algún rato elaborándose, pero también hay muchas otras naciones latinoamericanas que están migrando en materia tecnológica a estos países porque es una tecnología mucho más económica y desde el punto de vista de facilidades de crédito que presenta la República Popular China con otras naciones para ayudarlas en este aspecto, bien sea en materia de seguridad o inclusive en materia de medicamentos.

Para ser claros, de facto, el decreto de Trump ¿no será de alto impacto para el Gobierno de Maduro?

Realmente yo creo que estas medidas, más que perjudicar al régimen de Maduro, van a perjudicar a las empresas estadounidenses, que son las principales proveedoras y que de una u otra forma pierden presencia en el hemisferio occidental, porque la mano de obra barata que suministra tanto China como la India, y en este caso la República Islámica de Irán en materia de seguridad, pues sí deja un espacio sensible y es una amenaza y un contrabalance para lo que coloquialmente es conocido como el backyard de los Estados Unidos.

Es decir, que estas medidas que toma Trump, no solo en restricciones tecnológicas, sino también con la imposición de aranceles ¿Abren formalmente la puerta a China para afianzarse en la región?

Yo creo que hay un aspecto bastante relevante a destacar. Durante su intervención en las audiencias de confirmación, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, manifestó públicamente que el enemigo o la amenaza principal que tenía Estados Unidos en materia de seguridad era la República Popular China. Y en efecto, los Estados Unidos, lamentablemente, al tomar esta medida, cede espacios en los cuales China, por supuesto, va a avanzar. Hemos visto cómo cuando se dio la restricción del organismo Usaid, que es el que genera ayudas en materia sociales y algunas otras áreas, la República Popular China inmediatamente saltó diciéndole a los países latinoamericanos ‘no importa si Estados Unidos les quita esta ayuda, aquí China está dispuesta a asumirla’. Y esa ayuda que generalmente provee la República Popular China no es una ayuda desinteresada, todo lo contrario, va destinada precisamente a satisfacer sus necesidades sobre todo en la extracción de recursos energéticos, recursos minerales.

Desde el punto de vista de tecnología, por supuesto que también es un avance para ellos porque no solamente es el posicionamiento en materia de cooperación con gobiernos, sino que las marcas privadas de la República Popular China estarían prácticamente inundando aún más el mercado latinoamericano. Podemos hablar de que la presencia de los equipos de China, marcas como Huawei, ZTE, Poco u otras marcas de telefonía celular tienen una enorme presencia en los países latinoamericanos por su presencia, por ser más económicos y con un desarrollo tecnológico eficiente y que les es útil a la gente.

¿Cómo se verían afectados los ciudadanos con las restricciones estadounidenses?

Creo que lo más sensible en esta área, dentro de las especulaciones que hay, es el tema del acceso a la tecnología en materia de equipos médicos avanzados y sobre todo en el tema farmacéutico, porque las industrias farmacéuticas hoy en día que se han desarrollado mucho gracias a la tecnología, sobre todo para el tema de la elaboración de los medicamentos, requieren mucho de maquinaria que posee tecnología estadounidense. Sin embargo, la India ha venido ocupando ese espacio en el caso venezolano, pero no es menos cierto que ha habido un déficit de control de calidad de esos medicamentos que termina afectando al ciudadano común.

Entonces sí afecta de una u otra forma. Y por supuesto también en materia de telecomunicaciones, porque vemos que en Venezuela se han venido abriendo recientemente las licitaciones para las nuevas bandas 5G, lo que obliga las pocas empresas privadas que mantienen el sistema de telecomunicaciones venezolano, a trabajar con tecnología 5G de China, porque obviamente no tendrían acceso a la tecnología promovida por los Estados Unidos.


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