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Fuertes multas a quienes tratan de aliviar problema de transporte en Cuba

El humo de la basura incinerada que llega desde el vertedero de la calle 100, al oeste de La Habana, en Cuba, provoca un molesto lagrimeo en los ojos a un grupo de personas, que desde hace casi dos horas intentan tomar un taxi para llegar a sus casas. 




La gente busca guarecerse del calor insoportable a la sombra de un Ôrbol distante de la avenida o en una antigua parada de ómnibus donde los vÔndalos cargaron con las tejas del techo.

Algunos extienden la mano con un billete de 200 pesos (un dólar en el mercado informal), a cualquier vehĆ­culo que le pase por su lado. “Es pa’que sepan que no estamos pidiendo 'botella' (auto stop) pagamos por el viaje”, seƱaló Luis, exentrenador deportivo, que debido a la bestial crisis económica se dedica a elaborar galletas caseras en un negocio privado.

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y PolĆ­tica de Seguridad, Josep Borrell, a su llegada para la conferencia internacional dedicada a la crisis polĆ­tica de Venezuela en BogotĆ”, Colombia, el martes 25 de abril de 2023. 

Luis y su esposa cargan pesados bolsos con harina de trigo. “Lo mĆ”s probable es que nos coja la noche en esta jodedera. Desde que el gobierno comenzó a meter ruido en el sistema con los precios topados a los 'boteros', es imposible alquilar un taxi. Cada vez que, con el pretexto de ayudar al pueblo, intentan controlar los precios a los taxistas, la gente termina pagando el desastre”, explicó Luis.

Luego aƱadió: “Es absurdo querer imponer reglas de juego a un negocio al cual usted no le vende ni un tornillo. Si lo tuyo es cobrar impuestos, cĆ”llate la boca, papito, que te ves mĆ”s bonito (en alusión al gobierno). Hay que ser muy descarado para dictaminar el precio de un servicio donde impera la oferta y la demanda. ¿Este sistema no alardea de tener los medios de producción en manos del Estado? Entonces, es el encargado de garantizar de transportación eficientes. Algo que no han podido hacer en 64 aƱos de ‘revolución’. Que compren ómnibus, taxis y trenes suburbanos o construyan un metro, en vez de gastar el dinero en adquirir autos para rentar al turismo y levantar hoteles que siempre estĆ”n vacĆ­os”.


Invento y bisne

Miguel Ɓngel, medico intensivista, que diariamente se traslada en taxis privados, opina que las guerras no se hacen para perder. "En 2016, hace siete aƱos, el gobierno intentó topar el precio de los ‘boteros’ en La Habana. Y ellos se organizaron, plantaron una huelga silenciosa y no se doblegaron. Y en aquel momento el transporte pĆŗblico era de lujo si lo comparamos con la actualidad, cuando las guaguas no pasan ni se le esperan. Los que no tenemos transporte obrero, sufrimos muchĆ­simo para ir a trabajar. Y si pago 300 o 400 pesos (1.50 a 2 dólares) por ir y venir en taxi, un monto mayor a mi salario diario es porque puedo. Cuba se ha convertido en un antro del 'invento', de 'bisnes' por la izquierda. A mĆ­ los pacientes me hacen regalos, desde botellas de aceite y chorizos espaƱoles hasta dólares en efectivo. Quienes consiguen un dinero extra, pagan lo que sea por un taxi. De lo contrario, puedes estar tirado cuatro horas bajo el sol esperando una guagua que nunca llega”.

SegĆŗn el mĆ©dico habanero, el paĆ­s vive en “un autĆ©ntico estado de deterioro y descomposición. Ya apenas quedan valores cĆ­vicos. Lo que prima es el dinero y la supervivencia. En los hospitales la gente tiene que llevar hasta la anestesia. Como no se estĆ”n haciendo intervenciones quirĆŗrgicas, excepto las de urgencia, hay personas que pagan 100 o 200 dólares (salario mĆ­nimo 10.5 dólares) por una cirugĆ­a menor o de mĆ­nimo acceso. En Cuba todo se ha convertido en un 'invento', un negocio. En medio de ese caos, pretender el Estado implementar la transportación privada, cuando es incapaz de mantener funcionado con decencia el transporte pĆŗblico, es una tomadura de pelo. Los taxistas particulares tienen el sartĆ©n por el mango. Si no salen a trabajar se paraliza La Habana, porque el Estado no tiene cómo gestionar la movilidad en una ciudad de mĆ”s de dos millones y medio de habitantes".


Recortes

Desde que el pasado 9 de junio, las autoridades provinciales decretaron recortes en el precio de las carreras a los taxistas privados, las principales arterias de la capital estƔn prƔcticamente desiertas. O circulan 'boteros' vacƭos que no paran.

LlamĆ©mosle Camilo, un taxista particular que lleva cuatro aƱos alquilando desde el Parque Fraternidad, en el centro de La Habana, hasta la barriada de La VĆ­bora, en el municipio Diez de Octubre. “Lo que mĆ”s nos molesta es la prepotencia del gobierno. En vez de negociar con nosotros, lo que hacen es meternos el pie con decretos, multas y prohibiciones. Pero ya los cubanos nos cansamos de ser esclavos. Probablemente el gremio de los taxistas sea el mĆ”s desafecto al rĆ©gimen y con mĆ”s diversidad de choferes: exoficiales de la FAR (ejĆ©rcito) y el MININT (policĆ­a), cirujanos, pilotos y fĆ­sicos nucleares que se buscan un dinero 'boteando'. En ningĆŗn paĆ­s del mundo los taxis son el principal medio de transporte”, afirmó.

“Coger taxis es caro, solo pueden hacerlo personas con buenas entradas”, aƱadió. “Los que reciben bajos salarios, se mueven en el transporte pĆŗblico. Y a los taxistas nos molesta que el gobierno, con todos los recursos en sus manos y un ministerio dedicado solo al transporte, es incapaz de garantizar la transportación a los obreros, jubilados, estudiantes, a la población en general. Con este tipo de medidas populistas pretenden aparecer como el bueno de la pelĆ­cula. Y es justo lo contrario. El desastre que es Cuba hoy lo ha causado el gobierno. Si no fuera por los taxistas privados, en La Habana hubiera un 11de julio (protestas) todas las semanas. Ni yo ni la mayorĆ­a de los boteros aceptamos recortar a la mitad el precio de las carreras en un paĆ­s donde el precio de la comida sube por dĆ­a. Los taxistas tambiĆ©n compramos la libra de carne de puerco a 450 pesos la libra (2.25 dólares) y un kilogramo de leche en polvo a mil 500 pesos (2.50 dólares). AdemĆ”s, tenemos que pagar un neumĆ”tico en 30.000 pesos (150 dólares) y una baterĆ­a en 50.000 pesos (250 dólares)”, concluyó.

Joel, chofer de un Chevrolet de 1955, subrayó que con amenazas nada se resuelve. "Tampoco con multas de 10.000 o 50.000 pesos (50 o 250 dólares). Prefiero quedarme en mi casa. Gracias a las aplicaciones como WhatApp o Telegram, existen varias agencias que contratan carreras. Y se cotizan mucho mejor. Con dos o tres carreras que dĆ© en una jornada me busco 4.000 pesos diarios sin tanta complicación, sobre todo porque soy el dueƱo del auto. En este negocio, alrededor del 60% de los que manejan taxis privados, no son dueƱos del carro. El propietario suele ser un tipo que tiene cinco autos, tres o cuatro jeeps y dos camiones que realizan viajes interprovinciales. A esos personajes no les hace ni cosquillas estar dos meses sin que sus carros salgan a trabajar. Siempre hay clientes con suficiente dinero que van a alquilar vehĆ­culos por WhatApp”.

Para Joel, lo sensato serĆ­a "sentarse a negociar y conversar como personas civilizadas. Garantizarnos el combustible sin tener que hacer colas de varios dĆ­as. Y rebajarnos los impuestos, vendernos neumĆ”ticos y piezas de repuesto con un descuento del 10 o 15%. Si nos dieran ese trato, valorarĆ­amos rebajar los precios de las carreras. Pero no a base de caƱona e intimidación. AsĆ­ no van a lograr nada”.


Pero el rƩgimen cubano no estƔ diseƱado para dialogar. No es su naturaleza.


Fuente: diariodelasamericas.com

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