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Fin del TPS espanta a 600 mil migrantes venezolanos: “Nos da terror salir de la casa”

Lo ocurrido con Jesús Mata, ingeniero caraqueño de 37 años radicado en Utah, Estados Unidos, es una muestra de la falta de criterio del gobierno de Donald Trump en relación con la migración, y caldo de cultivo para el terror que arropa a centenares de miles de connacionales en los Estados Unidos.


Mata fue detenido por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) hace 10 días, luego que verificaran que su Estatus de Protección Temporal (TPS) no estaba vigente desde el pasado mes de abril.

Su record personal, sin embargo, es impecable: Llegó al país de las barras y las estrellas con su familia, desde Santiago de Chile, tras obtener una Visa de Estudiante F-1 para cursar un Master of Business Administration en Finanzas, en la Brigham Young University (BYU) Provo, para graduarse luego con la máxima distinción.


En el país austral fue donde logró la beca gracias a su brillante desempeño en la Bolsa de Valores.

Mi hermano entró legalmente en 2022. Solicitó asilo. Es miembro de Iglesia de Jesucristo de los Santos de Los Últimos Díaz. Una persona brillante, que ha pagado sus impuestos, sin delitos. Con destacado desempeño en el área de Finanzas de la empresa donde trabaja”, comenta Carlos, desde Santiago, a Utahzolano, medio venezolano en Estados Unidos.

Por ello, los venezolanos beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS) de 2021 en EE. UU. se mantienen con la incertidumbre sobre qué pasará con su destino, a falta de 11 días para que entre en vigencia la cancelación de este amparo que llegará a su fin el próximo 7 de noviembre, dejando a unos 600 mil migrantes en el limbo, a la espera de encontrar alternativas legales o decidir iniciar una nueva vida fuera del país norteamericano.

Justos por pecadores

Cristopher Márquez, nombre sugerido, es comunicador social, oriundo de Falcón. Tiene 42 años y suma dos años en Katy, Texas. Y al leer lo ocurrido con Mata derrumbó la percepción que tenía de esos “amigos de algunos amigos o allegados” que fueron deportados de los Estados Unidos.

"Pagamos justos por pecadores”, expresaba, con base en ese caso.

Márquez pensaba que todo aquel que es deportado, algún delito, así sea menor, debe haber cometido. Sin embargo, pese a su corta, pero limpia hoja de vida en el oriente de los Estados Unidos, a veces -reconoce- sufre crisis de pánico.

Mi mayor preocupación es que me deporten y solo pienso en lo mal que se va a sentir mi hija de 10 años. Todas las mañanas al salir a trabajar le beso la frente y le doy la bendición porque uno no sabe”, sostiene.
El criollo asegura que antes de la llegada de Trump al poder viajaban por carretera o avión a visitar a familiares y amigos. Ahora, el miedo los desborda.


“A veces, cuando nos enteramos de algún caso de un cercano, nos da terror salir de la casa. Cuando uso el carro me cuido en exceso de no cometer una infracción vial. Manejo tenso. No quiero siquiera dar la oportunidad de que me multen”, confiesa. Por eso, como otros miles, apuesta por recogerse temprano.

El venezolano, beneficiario del Parole, vivía en Argentina antes de llegar a Texas. Y aunque su permiso de trabajo está vigente hasta 2030, trata de no sobre-exponerse. Cristopher asegura que, si no se registran cambios en las normas, no descarta moverse a otro país.

El tema legal

Tener otro proceso legal abierto, además del TPS, es un salvavidas, al menos temporal, asegura Jesús Reyes, abogado de inmigración.

Aunque más de 600 mil venezolanos se verán afectados por la medida al incluir las designaciones de 2021 y 2023, el jurista aclara, en entrevista con La Nación de Argentina, que las personas que tengan otros procesos legales en curso como una solicitud de asilo o petición familiar y laboral para la residencia, se mantendrán amparados bajo esos procesos y no serían deportadas de manera automática.

Si hay personas que tienen otro proceso andando, entonces siguen protegidas por la ley. Van a poder seguir sus casos con normalidad y no van a correr riesgos”, reafirma el abogado. El caso del ingeniero caraqueño graduado con honores en Estados Unidos sería uno de ellos.

Reyes sostiene que no existe una vía colectiva para suspender la orden, a menos que haya una nueva designación u orden legal. Por tanto, recomienda la búsqueda de asesoría y otras opciones amparadas por la ley para permanecer en EE.UU., dado que la cancelación del TPS no impide que una persona obtenga beneficios mediante otro amparo.

El vencimiento del TPS implica perder beneficios claves como la protección contra la deportación o los viajes dentro y fuera de territorio estadounidense, excepto para un pequeño grupo que recibió la autorización de empleo el 5 de febrero o antes y tiene fecha de vencimiento el 2 de octubre de 2026.


El ICE, la policía del terror

La cancelación del TPS afecta tanto a la designación original de 2021, que expirará el 7 de noviembre de 2025, como a la extensión de 2023, cuya terminación fue validada por la Corte Suprema el 3 de octubre de 2025.  Algunos piensan en irse voluntariamente a otro país de Latinoamérica o trasladarse a Europa, mientras otros evalúan alternativas para regularizar su situación. Sin embargo, la gran mayoría apuesta, desde hace años, por EE.UU. como un hogar.

Abundan diferentes historias, con sus matices.

Tengo un amigo que dice que ahora tenemos que pedir asilo, pero de Estados Unidos a otro país”, suelta con un punto de humor, Juan Rivas, zuliano, profesional del área de la farmacia y anclado en Austin, Texas, con su esposa y su bebé de 4 años, nacido en este país. Allí vive desde 2015.

Juan es beneficiario del Estatuto de Protección Temporal de 2021 y asegura que nunca se imaginó que la administración de Donald Trump tomaría medidas tan extremas en contra de los migrantes. “Jamás imaginé semejante persecución. Pensé que realmente se enfocaría en el tema de quienes entraron irregularmente al país o aquellos con antecedentes”, añade.

El zuliano, quien también destaca como comunicador, reconoce que una parte de la migración que entró a Estados Unidos a través del Darién estuvo conformada por criminales o personas propensas a transgredir las normas de convivencia ciudadana, lo que, a su juicio, permitió al Gobierno justificar las deportaciones de migrantes en suelo americano.


Aquí se empezaron a ver cosas que no veían, como por ejemplo, venta de drogas, alcohol y tabaco de contrabando en grupos de WhatsApp; gente ofreciendo servicios ilegales para conseguir o aprobar las inspecciones de los vehículos, un sin fin de ilícitos que se patentaron después de la llegada descontrolada de la gente por la frontera”, explica, e invita a ver en redes cientos de clips virales, con casos que muestran lo peor de la cultura criolla, entre ellos a delincuentes desafiando y golpeando a policías.

Rivas señala que Trump se aprovechó de la coyuntura, y convirtió su promesa electoral en un viacrucis para cualquier nacido en Venezuela, como el caso de Jesús Mata, que hasta destacó como voluntario en actividades comunitarias.

Un condimento para atizar el miedo es que, en sus palabras, los agentes de la oficina de inmigración y control de aduanas (ICE) reciben bonos por cada detención que realicen.

Este tipo de incentivo económico, opina el comunicador, contribuye a que exista abuso de autoridad.

Esto ha creado un nivel de abuso e impunidad solo comparable con el Cicpc y Dgcim en Venezuela, al punto de que se están llevando detenidos incluso a ciudadanos estadounidenses", menciona.

El zuliano pide a Dios le permita continuar con su proceso de asilo para evitar la deportación, aunque advierte que tiene mucho temor de ser arrestado pese a tener un proceso legal pendiente.


Entretanto, Juan Mata, pasa sus horas en una celda de Farmigton, Utah. Los agentes de informaron que tendrá que defender su solicitud de asilo ante un juez. Su familia es igualmente presa de la incertidumbre. Solo espera reunir suficiente dinero para contratar a un abogado y poder pagar una fianza.

“Hace menos de una semana, una persona con esta misma condición migratoria, lo detuvo la policía y le dijeron que su TPS, de 2023, ya había terminado. Él les dijo que eso lo sabía, pero que era solicitante de asilo y que tenía su asilo pendiente, igual lo detuvieron”, agrega y compara Rivas.

Aunque no contemplaba la posibilidad de irse a otro país, comenta que de continuar los abusos de autoridad en territorio norteamericano, su primera opción para comenzar desde cero sería Canadá. Sin embargo, recalca que aún no tiene intenciones de abandonar la nación que le abrió las puertas desde hace más de 10 años. “Por ahora, realmente no es más que suerte y encomendarse a Dios”.


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