EE. UU. bombardea otra lancha en el Pacífico y deja tres muertos
Las fuerzas armadas de Estados Unidos informaron este domingo la destrucción de una embarcación utilizada para operaciones de narcotráfico en el Pacífico oriental, en una acción que dejó tres presuntos narcoterroristas muertos. El operativo se ejecutó el sábado 15 de noviembre en aguas internacionales, como parte de la Operación Lanza del Sur, una campaña militar desplegada desde septiembre en el Caribe y el océano Pacífico bajo directrices del presidente Donald Trump.
Según un comunicado del Comando Sur, la misión se ejecutó por orden del secretario de Guerra, Pete Hegseth. La Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur llevó a cabo un “ataque cinético letal” contra la embarcación, identificada como operada por una organización catalogada como terrorista. De acuerdo con el reporte, el buque transportaba drogas a través de una de las rutas marítimas más empleadas por el tráfico internacional, recoge Infobae.
El Comando Sur confirmó que los tres ocupantes murieron en la operación y que el ataque se realizó en el marco de las labores de interdicción en el Pacífico Oriental. La ofensiva forma parte de una estrategia más amplia que, desde septiembre, ha implicado la destrucción de más de veinte embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, con más de 80 personas abatidas en distintas intervenciones.
El incremento de estas operaciones coincidió este domingo con la entrada al mar Caribe del portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el más grande y avanzado de la flota estadounidense. El grupo naval que lo acompaña está compuesto por destructores con misiles guiados, buques logísticos y un contingente aéreo especializado. Autoridades estadounidenses aseguran que este despliegue responde a los objetivos de desmantelar organizaciones criminales transnacionales y contrarrestar actividades vinculadas al narcoterrorismo.
La intensificación de la presencia militar de Washington ocurre en un contexto regional marcado por tensiones diplomáticas. Tanto el régimen de Venezuela como sectores del oficialismo colombiano han expresado su rechazo, calificando los movimientos navales de provocación, pese a que las operaciones estadounidenses se ejecutan en aguas internacionales y enmarcadas, según Washington, en objetivos de seguridad hemisférica.
El gobierno de Nicolás Maduro calificó el despliegue como una “amenaza explícita” a su soberanía y criticó los ejercicios militares recientes entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago. Washington, que no reconoce la legitimidad de Maduro, mantiene vigente una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita su captura, bajo acusaciones de liderar una estructura asociada al narcotráfico.
El presidente Trump, consultado sobre los avances de la estrategia militar, afirmó que ha tomado decisiones respecto a Venezuela y sostuvo que se han logrado progresos para frenar el flujo de drogas. Aunque en ocasiones ha sugerido que la salida de Maduro sería inevitable, evitó confirmar si una intervención militar está contemplada en el corto plazo.
Colombia también ha expresado preocupación por el aumento de incursiones militares en su entorno marítimo, mientras en la región persisten temores sobre una posible escalada si Estados Unidos decide actuar directamente contra objetivos en territorio venezolano.
Con la Operación Lanza del Sur aún en marcha, la presencia de la escuadra estadounidense en el Caribe y el Pacífico prolonga un clima de tensión regional y mantiene abierto el debate sobre la eficacia y legitimidad de acciones militares unilaterales en el combate al tráfico transnacional de drogas.
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